domingo, 16 de mayo de 2010

La aventura de ser maestro

Reflexión: La aventura de ser Maestro
Por: Guadalupe Popoca García

Al leer el texto del Maestro José M. Steve, vienen a mi mente experiencias que regularmente se cuentan cando se comparte nuestro inicio como docentes, y rara vez hay ocasión para hacerlo.
Les comparto que mi formación es licenciatura en educación primaria (egresada de Coatepec Harinas, México), en la normal como el autor lo refiere “se idealiza” nuestra labor, nos dicen qué debemos hacer pero no cómo… a nosotros nos crearon la idea de trabajar en una comunidad alejada de la civilización y para sorpresa de todos, a la mayoría le asignaron su plaza en Valle de México, a mi me correspondió trabajar en la Secundaria Anexa a la normal de Ixtapan de Sal, turno vespertino; al tener la idea de trabajar con niños pequeños y llegar con alumnos reciclados de otras secundarias, bastante grandes para estar aún en este nivel e impartir siete materias, créanme es un caos pues el problema al que me enfrento, es la disciplina, pues si bien tenía la teoría no sabía como controlarlos.
Al ser turno vespertino, la escuela tenía parecido a la película que una vez vi llamada “La escuela del vicio”, pues ponchaban llantas de los carros de lo maestros, los rayaban, se llevaban las llaves de lavabos, etc., por consecuencia me sentía indefensa ante tales situaciones.
La forma de lograr control fue platicando con los jóvenes en el receso, conociendo sus problemáticas y haciéndome su amiga, aun recuerdo que a los más inquietos, para que trabajaran es tenía que decir “De cuates trabaja” y haciéndolos sentir mis amigos en la mayoría de los casos obtenía buenos resultados.
Con el tiempo “por ensayo y error” aprendí a observar a los alumnos para saber como dirigirme a ellos, que identificando al líder puedes tener todo bajo control y que la parte humana se debe considerar siempre pero sin llegar a los extremos de ser un maestro permisivo.
Siempre he disfrutado mi trabajo, claro que en ocasiones me siento frustrada por malos resultados, pero busco ese placer de ser maestro, de alegrarme con ellos de las cosas que les suceden, de reír y jugar; en ocasiones por diversas razones me encuentro triste y al llegar al grupo se me olvida y lo que me motiva aún más es que algunos de los alumnos me comentan que esperan mi llegada.
Actualmente considero un reto “encender el deseo de saber”, sé que son alumnos de preparatoria, para algunos su última experiencia con la escuela, pues tendrán que incorporase a la población económicamente activa, sin embargo, la indiferencia y falta de un plan de vida los hace ser i diferentes, entonces cómo motivarlos a aprender cuando no tienen el deseo ni tampoco la necesidad de hacerlo.
La autocritica como docentes nos ayuda a salir de la esfera de creer que somos perfectos y que la culpa siempre la tienen los alumnos, quizá el hecho de que estoy en constante preparación profesional me permite entender que es cansado y aburrido escuchar un discurso sin moverse o involucrarse con comentarios, es por ello que busco aplicar la empatía y si observo que el grupo esta aburrido o cansado antes de empezar la clase realizó actividades que les permitan moverse o reírse un rato.
Finalmente “Ser maestro de humanidad” es algo que se consigue con la práctica y no con el discurso…

1 comentario:

  1. Hola Lupita,
    quiero comentar esta parte de tu texto:

    "La forma de lograr control fue platicando con los jóvenes en el receso, conociendo sus problemáticas y haciéndome su amiga, aún recuerdo que a los más inquietos, para que trabajaran les tenía que decir “De cuates trabaja” y haciéndolos sentir mis amigos en la mayoría de los casos obtenía buenos resultados."

    Comentario: Acercarte a los jóvenes fue el primer paso hasta llegar de alguna manera a la reciprocidad, ellos se acercaron a tí. Desde luego que esto tiene implicaciones muy humanas, como lo es el gran respeto de tí para con ellos.

    Con el tiempo “por ensayo y error” aprendí a observar a los alumnos para saber como dirigirme a ellos, que identificando al líder puedes tener todo bajo control y que la parte humana se debe considerar siempre pero sin llegar a los extremos de ser un maestro permisivo."

    Considero que esto fue parte de tu éxito, conservaste la tu función de orientadora, la que guía y pone los límites.

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